Hablar de nuestro protagonista y no mencionar la perseverancia es algo imposible. Cuando se propone algo, no hay nada que le frene.

 

En el año 1998, después de disfrutar de toda una vida con algo tan poco valorado como es el poder ver, su vida se rompió, quedando totalmente invidente a causa de una retinopatía diabética.

Un hecho que marcaría su vida para siempre, pero no frenaría sus ganas de luchar por sus metas.

 

Y vaya si lo consiguió, 4 medallas de oro consecutivas en los juegos paralímpicos de Sídney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012.

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Sin duda, un ejemplo de que no debemos rendirnos ante las dificultades, y que con esfuerzo y constancia, se puede alcanzar cualquier meta.

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